Unción de Enfermos

El dolor y la enfermedad son experiencias que pertenecen a la vida humana. Jesús ha venido a darles un nuevo sentido para que en mitad del sufrimiento pueda brillar la esperanza de la salvación de Dios, corporal y espiritual.

"Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).

Requisitos para recibir este sacramento (CIC)

1004 § 1. Se puede administrar la unción de los enfermos al fiel que, habiendo llegado al uso de razón, comienza a estar en peligro por enfermedad o vejez. § 2. Puede reiterarse este sacramento si el enfermo, una vez recobrada la salud, contrae de nuevo una enfermedad grave, o si, durante la misma enfermedad, el peligro se hace más grave.​

1005 En la duda sobre si el enfermo ha alcanzado el uso de razón, sufre una enfermedad grave o ha fallecido ya, adminístresele este sacramento.

1006 Debe administrarse este sacramento a los enfermos que, cuando estaban en posesión de sus facultades, lo hayan pedido al menos de manera implícita.

1007 No se dé la unción de los enfermos a quienes persisten obstinadamente en un pecado grave manifiesto.

¿Cómo y cuándo?

Si se tiene conocimiento de algún familiar que esté enfermo y, cumpliendo las disposiciones anteriores, quiera recibir la unción de los enfermos, puede ponerse en contacto con algún sacerdote de la parroquia. De igual manera, para que el enfermo reciba la comunión en su casa también se puede contactarlos.

En la parroquia todos los años, el 11 de Febrero, día de Nuestra Señora de Lourdes, en la misa de 19h, se administra la Unción a aquellos que lo hayan solicitado previamente.